jueves, 26 de mayo de 2016

El águila que vestía de Serpiente. Cap. 1

Corría rápido bajo la tenue luz de las mazmorras. Tarde otra vez, seguro que en ésta ocación no podría deshacerse de él con alguna excusa mediocre, últimamente al profesor se veía más amarillento y odioso que de costumbre, cómo si por alguna razón su vida se hubiese vuelto un poco más miserable. Sonrió con la imagen y giró en la esquina.
El último año en Howgwarts se decidió que los de séptimo de Ravenclaw y Slytherin compartirían historia de la magia y pociones y la idea de sentarse junto al montón de engreídos en una clase tan larga hizo que el volver a la torre de astronomía a tomar un buen lugar en las butacas junto a la chimenea se volviera una tentación cada vez más fuerte.
-Gale. Otra vez tarde.- Dijo el profesor en cuanto cruzó el umbral de la mazmorra.- Quizá debería pedirle a la profesora McGonnagall que la transforme en un reloj, así llegaría a tiempo.
-Podría yo misma convertirme en el reloj; profesor, pero salir de la cama se volvería un poco más complicado que ahora.
Snape hizo un gesto desagradable ante la respuesta y murmuró un <diez puntos menos para Ravenclaw> antes de señalarle su lugar entre los de su casa.
Del otro lado del aula localizó el perfil elegante de todos los días. Emmanuel Coracao. Probablemente si hubiese un concurso entre los de septimo de Slytherin para elegir al mayor imbécil, Emmanuel lo ganaría.
Era detestable, misógino, presuntuoso y ridículo. Pero había algo taciturno en el dorado de sus ojos, que cuando miraba su caldero, y su expresión se relajaba, que no podía dejar de mirar. Lynette sacudió la cabeza y se concentró en su poción, poco más y la terminaría y podría dejar las mazmorras y la imágen de la ligera curvatura del labio inferior que no podía sacarse de la cabeza
<Vamos viejo ¿en serio un reloj?> -penso Emmanuel con una enorme sonrisa en el rostro -Hay decenas de buenos chistes y dices uno tan soso.
 Su vista cayó en  Lynette y sus miradas se cruzaron un segundo antes de que ella apartara la mirada.
Lynn era una Ravenclaw  bella y explosiva. su cabllo era abundante, ondulado y oscuro, con grandes ojos castaños y unas cejas que reflejaban la inconformidad permanente de su personalidad. La bruja siempre había llamado su atención. Aunque sus chistes y comentarios "detestables e imbéciles" producían invariablemente en ella algun sonido de desagrado, algún reclamo o un furioso "eres un imbécil"  el siempre procuraba que los escuchara, como si fuese una extraña sensación de proximidad con ella.
 -Profesor Snape, mi poción esta lista, de nuevo.-Recalcó orgulloso.- antes que las de las Ravenclaw presentes, y eso que deberian estar mas acostumbradas a los utensilios de cocina.
El crujir de la rama de saúco (último ingrediente de la poción) crujió bajo las furiosas manos de lynette
-Eres un imécil, lo sabes, cierto?
-Manengan sus peleas maritalles fuera de mi mazmorra. Sentenció snapedando el visto bueno a ambos calderos.- Ahora retirense y no olviden el ensayo de dos pergaminos sobre el efecto de la bergamota en la poción multijugos.
Lynette tomó las cosas de su mochila a toda velocidad esperando no cruzarse por la puerta con semejante idiota, pero pareciendo que Emmanuel leyó su pensamiento el brujo la esperaba a la entrada del aula, bajo el imponente arco de madera tallada.
Lynn paso junto a el con un gesto molesto, pero él lo ignoro y se acercó a su altura para caminar a su lado. Lynn bufó molesta y aumentó la velocidad de sus largas piernas bajo la túnica.
-¡hey!
Dijo Emmanuel mientras la adelantaba un par de pasos y daba media vuelta
 -terminaste tu pócima justo después que yo, seguramente seas la ravenclaw mas lista de la escuela -El brujo empezó a caminar de espaldas, para mantener contacto visual con ella.- Pero que haya un slytherin mas listo...¿no te jode?
<Arg. Maldito> pensó lynn enfadada pero decidió ignorar la puya y continuar en silencio, sin embargo Emmanuel continuaba caminando de espaldas (con una gran habilidad a decir verdad) y mirándola a los ojos. Por un momento pensó en un galeón dorado, en el brillo de el amanecer en el lago del castillo... <Basta! se dijo a sí misma aún más enojada.
-Sabes quizá si no fueras tan imbécil podría pensar en reconocer tu "talento" para las pociones, pero no te dejaría en verguenza eso con el resto de tus amigos retrasados? quiero decir, seguro que te verán como su rey.
Intentó untar cada palabra de sarcasmo para desahogar un poco su ira, pero la reacción del brujo fue completamente distinta a la que pudo haber esperado. Emmanuel le sonrió como nunca antes le había sonreído, como si hubiera visto algo en ella que le gustara, y sintió como el color le subía a las mejillas.
-¿No puedes caminar normal?.-Preguntó desviando la mirada.
-Nah.- Respondió él.- Me gusta la vista desde aquí. Y respondiendo tu pregunta; nunca me ha interesado como me vean ellos, son bastante mediocres...y no inspiran lo que un Slytherin debería.-Bajó la mirada al decir esto, pero cambio de tema rapidamente - ¿eso fue sarcasmo? Wow tal vez el sombrero parlante te mando a la casa equivocada -dijo en una explosión de risa.
Lynn sonrió casi sin quererlo ante la broma y se relajó un poco.
-El otro día humm... vi en tu escritorio, un libro sobre la liberación de los elfos... ¿ te interesa la historia?... Quiero decir, en caso de que sí sepas leer y no lo cargues por ahí sólo para iniciar conversación con chicas.
Los ojos de Emmanuel se abrieron como platos. volvió a caminar normal, justo al lado de la chica y guardó silencio unos segundos mientras pensaba que decir. De pronto se dio cuenta que los segundos se alargaban demasiado; era común que le pasara eso, empezaba a pensar en algo y después se sorprendía divagando en un mar de ideas para frustración de sus escuchas,  que creian que los ignoraba.
-ummm me gustan todas las humanidades, y si eso incluye la historia...aunque deberían enseñar mucha mas filosofia aqui. ¿revisabas mi escritorio?
-¡no! .-respondió Lynn sobresaltada.- Pff, somos compañeros de butaca en historia de la magia por si no lo recuerdas, imbécil.- Y volvió a acelerar el paso rebasando al brujo.
Emmanuel estiró la mano y tomo a Lynn del brazo,  la jalo hacia el para evitar que se fuera; el impulso la dejo parada frente a el. <demasiado cerca> pensó.
-Sabes que solo te molestaba, no te lo tomes tan a pecho, pequeña
De pronto el rostro del brujo se volvió color tomate y se aclaró la garganta nervioso por haberla llamado así.
<¿Pequeña?> pensó Lynn boquiabierta, pero no chistó ante el diminutivo. Miro el perfil de Emmanuel y dejó que su boca se entreabriera un poco con la fantasía, el largo cabello rizado del brujo se mantenía en una coleta, y dos círculos oscuros rodeaban sus ojos <Como un mapache> pensó.
Por un segundo lo vislumbró como un guerrero de algún país exótico y entonces regresó a consciencia al darse cuenta que observaba su espalda ancha bajo el chaleco del uniforme
-Juegas quiditch, no es cierto?.- Preguntó en un tono más amable
Emmanuel Sentia la proximidad de la Ravenclaw y eso lo ponia nervioso, pero aparentaba mucha tranquilidad, como si el corazón no le latiese a un ritmo definitivamente no saludable.
-Asi es, me encantan todos los deportes, aunque te escuche decir en alguna ocasión que tu los detestas...supongo que pasas por el campo solo para verme.- Lo dijo riendo pero temeroso de romper aquella delicada conversación con una idiotez.
-Por supuesto, -contestó ella siguiendo el juego con sarcasmo.- todos los días voy a verte entrenar, incluso te espió mientras te bañas.
Una sonrisa se dibujo en los labios de Emmanuel <bueno...al menos no me golpeó> pensó. Dio media vuelta y volvió en sus pasos, se detuvo a unos metros de la bruja y la vio de reojo.
-Pues entonces nos veremos en el campo un dia de estos - siguio caminando y dijo casi en un grito -Me encanta tu cabello. ¡Te sienta bien el verde! Seguro es tu deseo reprimido de ser una Slytherin
-Eres un imbécil!.- le gritó Lynn  con una sonrisa al verlo alejarse.

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